tracy mcgrady

Me permitirán que mi primera alusión en el post sea a Reggie Miller, quién ya nos mostró de lo que se puede ser capaz en tan sólo 8.9 segundos, cuando convirtió 8 ante New York, ganando él sólo el partido. No es de extrañar que en aquel momento se encumbrara al escolta de Indiana Pacers, pues tal proeza se da poquísimas veces en este deporte. Sin embargo, hace pocos días pudimos presenciar la grandeza de este deporte llevada a un solo jugador, el escolta de Houston Rockets Tracy McGrady. Dícese de un día, el jueves 9 de diciembre de 2004; de un lugar, el Toyota Center de Houston; de un equipo, los Houston Rockets, que van perdiendo por una diferencia mayor de 10 puntos cuando quedan unos 45 segundos para el final de su partido contra otro equipo, los San Antonio Spurs; y de un hombre recién llegado al lugar de los hechos como quién dice, el susodicho McGrady. A estos ingredientes, añadámosle a uno de los mejores defensores de la NBA, Bruce Bowen. El resultado es una operación harto complicada para el equipo local, que necesitan una confabulación de los astros para que el partido no caiga de la mano de Duncan y compañía, una utopía al alcance de pocos, pero uno de esos pocos estaba cerca de lograr la proeza. la hazaña mas grande de todos los tiempos.. Una volcada del chino Yao Ming y una rápida recuperación de Nachbar dejaban el partido a 6 puntos para San Antonio a 47.3 segundos. Falta rápido sobre Devin Brown y dos tiros libres dentro para el escolta de San Antonio, ocho arriba para los Spurs: fue el inicio del fin. A 35 segundos exactos para el final, McGrady aprovechaba un paso de ventaja para lanzar de cara a canasta pero con los pies desequilibrados ante Bowen, en el que sería su tiro más cómodo, pero una canasta de difícil ejecución que suponía el primer triple para Tracy McGrady. Los Rockets se colocaban a 5 puntos de diferencia. Falta rápida de los locales y ambos tiros libres anotados por Devin Brown, quien se mostraba seguro de cara a ratificar el triunfo de San Antonio. Segunda gran acción: McGrady sube la pelota, bota que te bota consigue recibir un bloqueo y quedar emparejado con Duncan, al cual le finta, logrando recibir la falta en la caída de Duncan, y lanzando un inverosímil tiro a canasta que pretendía conseguir tres tiros libres; el tiro es bueno y se cuela en la canasta, mientras el público local empieza a enloquecer ante lo que está viendo. Tracy McGrady anota el tiro libre cuando quedaban 24 segundos por disputarse en el partido, y con los locales tan sólo 3 puntos por debajo en el marcador. Sin embargo, pese a ambos triples y el tiro libre, aún se antojaba difícil la remontada, más cuando Tim Duncan anotaba los dos tiros libres de la falta inmediatamente posterior; cinco puntos abajo y tan sólo 16 segundos por jugar, pero McGrady no había tirado la toalla. Volvió a subir la pelota, y de perfil a la canasta y con Bruce Bowen lanzándole el aliento, se giró en el aire realizando una maniobra atipica, con ambos pies juntos y doblados en el aire, y con la pelota entrando limpia a la red; quedaban sólo 11 segundos para el final, y los Rockets se habían colocado a 2 puntos con 10 puntos seguidos de McGrady. Pero faltaba algo, faltaba una posesión más para alcanzar a los discípulos de Popovich. Los Spurs pidieron tiempo muerto, y en la reanudación, en la línea de fondo de los Rockets, la pelota llegaba a Devin Brown, quién buscaba zafarse de su par mediante un reverso, aunque un inoportuno resbalón le hizo caer y soltar la pelota a manos de McGrady, quién se hizo dueño de ella y corrió de forma salvaje hacia la canasta de los Spurs. A la altura de los 7 metros y medio, paraba en carrera ante la mirada estupefacta de Rose y Duncan, y lanzaba el último obús, el de la victoria, el que culminaba la épica remontada, esa que se nos quedará grabada en la retina hasta dentro de mucho tiempo.